La música, el movimiento, la danza y los juegos de simulación pueden estimular el cerebro de los más pequeños, facilitando una experiencia de aprendizaje multisensorial a medida que van comprendiendo mejor su mundo.

Cuanto más pueda tu hij@ cantar, bailar, tocar música y hacer juegos de rol, más aprovechará su energía creativa y aprenderá a explorar nuevas formas de expresión, comunicación y resolución de problemas.

Observa la forma en que la música se conecta con cada bebé. Fíjate qué canciones y rimas parecen gustarle. Cantar una canción de cuna mientras se mece al bebé tranquiliza a l@s más pequeñ@s. Al mismo tiempo, la música ayuda a calmar a l@s niñ@s pequeños que están molestos o con demasiada energía. La música ayuda a reconducir su atención y a recordarles sus vínculos emocionales, ayudándoles a sentirse seguros y protegidos.

La música también ayuda a l@s pequeñ@s a expresar sus sentimientos, incluso antes de que pronuncien sus primeras palabras. Los niños pequeños no suelen tener palabras para expresarse y necesitan formas positivas de liberar sus emociones. Cantar sobre los sentimientos ayuda a los bebés y pequeños a aprender las palabras adecuadas para describir sus experiencias emocionales ("If you are happy and you know it…").

Música y confianza

L@s pequeñ@s florecen aprendiendo a través del juego musical, explorando diferentes sonidos. Las actividades musicales les ayuda a ganar confianza y autoestima mientras golpean ollas y sartenes o crean ritmos con objetos que encuentran en su entorno. Llena las cocteleras caseras con diferentes materiales, como arroz seco, judías, guijarros, monedas y clips para explorar estos diferentes sonidos. Las maracas, las campanas y los carillones también pueden ayudar a l@s niñ@s a investigar diferentes opciones, permitiéndoles averiguar cómo funciona un objeto concreto.

Cuanta más experiencia tengan tus hij@s con diferentes instrumentos y tipos de música, más se darán cuenta de las diferencias de tonalidad, timbre, tono y volumen. Toca estos instrumentos suavemente (como un gato), en voz alta (como un elefante), rápidamente (como un ratón) y luego lentamente (como una tortuga), ya que los cambios de tempo y tono también ayudan a perfeccionar la capacidad auditiva de los bebés.

L@s niñ@s disfrutan cantando y escuchando canciones melódicas con repeticiones y ritmos. Para los bebés más pequeños, elige canciones y rimas con un ritmo sencillo y constante y mucho lenguaje repetitivo, y para los mayores prueba con canciones más enérgicas y con tiempos, tonos y ritmos más variados.

Las actividades musicales ayudan a la retención de la memoria y al recuerdo, y pueden mejorar la concentración y la atención de l@s pequeñ@s. El movimiento añadido a la música refuerza la experiencia de aprendizaje. Las actividades musicales también favorecen la conciencia rítmica y la capacidad de mantener el ritmo. Cuando la melodía y la letra están en armonía (las sílabas y las notas coinciden) la música refuerza los elementos del lenguaje, ayudando a l@s niñ@s a mejorar sus habilidades lingüísticas. Añadir movimiento a las canciones refuerza aún más los ritmos del lenguaje, les ayuda a aprender a dividir el lenguaje en unidades de sonido y contribuye al bienestar físico y mental de los pequeños. Por ejemplo, canta canciones con gestos de las manos, como "Wheels on the bus" o "Twinkle little star". A medida que adquieran más confianza, hazles cantar canciones para que amplíen su vocabulario y junten palabras y frases. Cuando cantes canciones con tu hijo mayor, puedes hacer una pausa y dejar que complete las palabras para reforzar sus habilidades lingüísticas.

Todo gira en torno al ritmo

L@s niñ@s mayores pueden representar parte de las canciones con marionetas. Anima a tus retoños a moverse al ritmo de la canción. Este movimiento puede ser pequeño, como agitar la mano o balancearse de un lado a otro. Puede incluir todo el cuerpo, como animar a tu hij@ a gatear, marchar, pisar fuerte, saltar, brincar y bailar al ritmo. Pueden utilizar accesorios, como pañuelos, aros y pompones que les ayude a expresar mejor su individualidad.

El ritmo y la repetición de las canciones pueden facilitar que los niños muy pequeños recuerden el nombre y la secuencia de los patrones numéricos al cantar canciones como "Uno, dos, abróchame el zapato", "Cinco monitos", "Este viejo" y "Los animales vinieron de dos en dos". Los niños mayores pueden cantar canciones que anticipan acontecimientos (como "Pop Goes the Weasel") y que cuentan una historia (como "The Farmer in the Dell").

Aprender canciones y bailes de distintos países también puede ayudar a promover la diversidad y la inclusión, a validar una segunda cultura practicada en casa y a ayudar a los más pequeños a captar las similitudes y diferencias entre personas de distintos orígenes.

La magia de los juegos de rol

El juego de roles puede parecer una actividad muy sencilla; sin embargo, dentro de ella, l@s niñ@s pequeños aprenden a involucrarse y a dar sentido al mundo que les rodea. Por ejemplo, a los dos meses tu bebé te mira y empieza a imitar tus caras tontas: cejas levantadas y boca abierta. Varios meses después, cuando ya es un niñ@ pequeñ@, empieza a sostener la muñeca o el osito de peluche, simulando que alimenta y cuida a su "bebé".

A medida que se desarrolla el juego de fantasía de tu hij@, los accesorios pueden facilitar el juego de roles. Te aconsejamos que crees una zona de juego creativa para tus hij@s que incluya una caja de camisetas viejas, jerseys, vestidos, gafas, bolsos y otras cosas que tu hij@ pueda utilizar para representar diferentes papeles y expresar emociones que se basen en lo que a los jóvenes aprendices les resulta familiar. Por ejemplo, un parche en el ojo puede convertir a tu hijo en un pirata, unas gafas pueden hacer que se crea un científico, unos zapatos de baile pueden inspirar a un bailarín y un rollo de papel puede representar un cohete cuando tu hij@ se crea un astronauta a punto de despegar hacia el espacio. Otros accesorios pueden ser una sábana que puede ser la capa de un superhéroe, el cielo nocturno o "bajo el mar" donde las sirenas y las criaturas marinas pueden explorar.

Anima a tu pequeñ@ a imaginarse que es padre, profesor, médico, veterinario, bibliotecario o tendero. Participa en el juego imaginativo asumiendo tú mismo un papel. Juega con peluches o marionetas (haz marionetas sencillas metiendo la mano en un calcetín). Utiliza el movimiento durante el juego de roles, reforzando las habilidades comunicativas de tu pequeñ@. Cambia el final de sus cuentos favoritos. Convéncele de que cambie la historia utilizando los personajes que recuerda de otros cuentos. Esta actividad mejorará las habilidades de pensamiento creativo de tu hij@ mientras explora una vida de fantasía enriquecida.

El juego dramático es una forma estupenda de practicar las habilidades matemáticas. Por ejemplo, contar dinero para la caja registradora, una camarera que suma el recibo y seguir una "receta" en la cocina de juego son oportunidades naturales para desarrollar las habilidades matemáticas.

Los juegos de rol también aumentan la autoestima del niñ@ y le dan un sentido de orgullo y logro. Representar papeles y tener el control de los resultados aumenta los sentimientos de seguridad y protección de los pequeños. Tomar decisiones en el juego dramático ayuda a tu hij@ a desarrollar un sentido de sí mismo, de individualidad y de propósito.

En resumen, el placer de compartir la música, el baile o el juego de roles desarrolla habilidades sociales indispensables, como el fomento de compartir y tomar turnos, la práctica de las habilidades de negociación y el aprendizaje de la comunicación tanto verbal como no verbal. Esperamos que hayas aprendido lo importante que es la música, el baile y los juegos de rol para tus hij@s, ayudándoles a prosperar en su desarrollo general. Te animamos a que los estimules, para que crezcan seguros de sí mismos y desarrollen habilidades clave para la vida.

ES